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EL CONOCIMIENTO DA PODER
Abril- 8- 2010- 1 Corintios 2: 1- 16
	Cierto hombre tenía una grabadora que no le funcionaba, por mucho que lo intentaba, no conseguía hacerla funcionar, un día la llevo al técnico, el cual la destapo, apretó un tornillo y la grabadora funciono perfectamente, cuando el dueño de la grabadora le pregunto qué cuanto le cobraba por arreglarla, el técnico le dijo $40.000. El hombre muy enojado le dijo que eso estaba muy caro que como le va a cobrar $ 40.000, solo por apretar un tornillo, eso el también lo podía haber hacho, el técnico entonces le hizo la factura en la cual le explicaba que él no le cobraba $40.000, por apretar el tornillo, él le cobraba, $38.000 por el conocimiento y tan solo $2000 por apretar el tornillo.

Nuestra mente es la llave que nos da acceso al conocimiento, la fuerza que mueve al mundo (hablando en términos humanos), hay un dicho que dice el conocimiento da poder.

La debilidad del cristianismo actual, radica precisamente en que no tiene conocimiento, y el conocimiento no es saber que Cristo existe ,eso el diablo también lo sabe, el problema es que hay muchas personas que no saben para que se congregan, lo hacen sin ningún propósito, lo único que les interesa es un milagro, por eso en donde se lo ofrecen para allá van. Un cristiano sin conocimiento es un ser esclavo del mundo y de sus propios prejuicios, solo la verdad nos hace libres.

En el mundo el conocimiento está en poder de algunos pocos, a medida que crece la tecnología, la capacidad de producción del hombre disminuye, al igual que su capacidad de pensar, hace algún tiempo el hombre tenía la capacidad de memorizar varios números de teléfonos, hoy en día con los celulares ya no es necesario, la memoria del celular remplazo la del hombre, los estudiantes tenían que investigar, consultar, pensar mucho para realizar una tarea, ahora el computador le ha quitado el derecho de pensar al estudiante.

El conocimiento solo se adquiere a través de un proceso de madurez, y la madurez solo se adquiere a través del tiempo, muchas personas no tienen tiempo para aprender, están tan ansiosos por conseguir un milagro que al poco tiempo que no lo consiguen, se marchan a otro lado, en búsqueda de su milagro, nunca tienen tiempo para ser madurados en la fe. Llevan años supuestamente en la vida cristiana,  pero por mucho que les pase los años siempre siguen siendo, unos inmaduros, con mentalidad de niño. V 6 “Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen”

En la parte espiritual sucede algo parecido, el conocimiento bíblico solo está en poder de algunos pocos, en los pastores o líderes, y el pueblo permanece en oscuridad. No le gusta orar, no le gusta leer la palabra, solo le gusta escuchar de milagros.

Lo espiritual es un misterio que no todos lo pueden entender, y lo más preocupante es que en las iglesias hay muchas personas que hace muchos años se congregan y todavía no entienden. Pueden leer lo que está en la palabra y no lo pueden creer. V 7 “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria”

Es por eso que el mundo no entiende, ni conoce, para él las cosas del espíritu son locura. V 8 “la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria”

Para el pueblo de Dios no son desconocidas las cosas del espíritu por que nos son rebeladas por Dios. A través del espíritu santo. V 10 “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”

El espíritu santo nos da conocimiento verdadero, el mundo nos llena solo de fabulas que le convienen al hombre mas no a Dios. En las iglesias de hoy en día solo se predica milagros y prosperidad, aunque Dios no nos niega eso, primero nos manda a que busquemos el reino de los cielos y su justicia. V 12 “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”

Dios está buscando adoradores en espíritu y en verdad, es imposible que tengamos una buena relación con Dios a través de nuestra carne, es necesario acomodar lo espiritual a lo espiritual. V 13 “lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual” Las cosas del espíritu es necesario discernirlas por el espíritu.

Por eso para el hombre natural, las cosas del espíritu son locura no nos puede entender, en vano nos ponemos a discutir con él. V 14 “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”

Como poder llegar a tener madurez espiritual:

1.     Renunciando a nuestras fuerzas: V 1-2 “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 
2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” debemos dejar a un lado nuestra forma de pensar pasada, en el mundo nuestros pensamientos estaban en contra de los pensamientos de Dios, no nos resistamos a nuestra nueva forma de pensar.

2.     Renunciar a nuestro intelecto humano: en el mundo tal vez éramos muy persuasivos, pero con Cristo lo único que tenemos que hacer es dejarnos guiar por su santo espíritu, y empezar a disfrutar de ese nuevo mundo espiritual. V 4-5 “y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 
2:5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”

3.     Para poder disfrutar de la vida cristiana, verdaderamente en Cristo, es necesario que seamos humildes para reconocer que frente a nuestro Dios, nosotros no somos nada. V 3 “Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor”

Conclusión:

El conocimiento da poder, el conocimiento de la salvación y la vida eterna, el conocimiento del propósito de la muerte de Jesucristo.

El estar convencidos de que Jesucristo murió por darnos vida y que las demás cosas solo son añadiduras, nos hará fuertes en el espíritu, y siempre viviremos eternamente agradecidos con Jesús, por todo lo que hizo por nosotros, y nunca llegaría a nosotros el desanimo, el mal de él cristiano sin conocimiento.