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DE CRISTO Y PARA CRISTO
Febrero- 11- 2010. Romanos 9; 10
	Pablo era un hombre muy entregado a Cristo, y por lo tanto le era muy extraño para él, saber que habían personas que decían seguir a Dios pero que no lo demostraban, pablo era capaz de dar la vida por Cristo y su obra, y quería que todos sus discípulos fueran cristianos de verdad, y no solo de apariencia, por eso cuando les escribe a los romanos se preocupa de enseñarles muy bien las bases doctrinales del cristianismo, quería que desde un principio, supieran quienes eran y para que eran, lo que eran.

A Pablo le dolía mucho saber que sus hermanos israelitas defendieran la ley de Dios, pero no la cumplieran, que fueran los que tendrían el gran privilegio de que de ellos naciera el libertador, pero no les importara.

Pero el reconoce que no es una falla de Dios. V 6 “No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,” pablo tiene que reconocer una gran verdad, que no todos los que descienden de Israel son israelitas, no es el hecho de donde viene, sino que tanto ama y se identifica con ese lugar.

Si pablo estuviera en este tiempo diría me duele ver a gente que se llama Cristiana, que acude a muchos templos en el nombre de Cristo, pero que no son cristianos, porque no se identifican con la causa de Dios, ni mucho menos la defienden.

Nosotros somos cristianos no por lo que hicimos, sino por el llamado de Cristo, no es por nuestras fuerzas, que hoy estamos adorando a Dios. V 11 “(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama)”

No depende de nuestra decisión sino de la misericordia de Dios. V 16 “Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”

Dios nos llama y nos restaura, como él quiere y no como nosotros queremos, ha veces nosotros queremos que Cristo sea el gran maestro, pero queremos nosotros decirle como haga en nosotros su obra de restauración. V 20-21 “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
9:21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?”

No solo basta con querer ayudar, es necesario saber, el pecado del pueblo de Israel siempre fue su ignorancia frente a la verdad de Dios, el pecado del profeta que llevo calabazas envenenadas a la olla, fue el desconocer ese tipo de hiervas, no sabía distinguir entre las verdaderas, calabazas para alimentarse y las envenenadas.los paisas tienen un dicho,” no hay algo más peligroso como un bobo con ideas”. 10: 2-3 “Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 
10:3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;”

Conclusión: quienes son los verdaderos cristianos o los hijos de Dios:

1.     Los que confiesan con su boca que Jesús es el Señor. V 9 “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”

2.     Los que creen de corazón, serán salvos

3.     Los que lo recibieron:  Juan 1:12“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” las demás personas no son hijos son criaturas de Dios. Es decir el nos hizo a todos pero solo se convierten en sus hijos si lo aceptamos como nuestro señor y salvación, es decir si asemos la oración de fe con convencimiento.

4.     Los que ayudan en la obra de su padre Dios, V 14-15¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 
10:15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”

El predicar las buenas, no solo es nuestro deber como hijos de Dios, sino que tiene promesa; primero que Dios siempre estará con nosotros, Mateo 28: 19-20. Y además nos hace hermosos frente a Dios.