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Esto quiere decir que nosotros somos miembros del cielo. Y nuestra morada es el cielo: 2 corintios 5: 1-2 “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 5:2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial” la morada es el lugar de habitación de alguien. Es el destino el lugar de llegada. La ciudadanía de un cristiano es el cielo, es decir a él le pertenecemos, pero a él también tenemos que llegar, pues sigue siendo nuestra morada. No hay duda que nuestro destino siempre ha sido siendo el cielo, el problema es que el camino a estado oculto, cuando usted va por el campo, siempre se guía por el camino o el sendero que ya está marcado en la hierba, el problema es cuando la maleza a tapado esa marca que conocemos como nuestro camino, ahí podíamos decir que estamos perdidos; de esa misma forma sucede en lo espiritual, el camino al cielo estaba oculto por una maleza muy grande llamada pecado. Pablo nos habla sobre el tabernáculo o el templo. Hebreos 9: 1 “Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal.” Pero paraqué nos habla de el templo o santuario, si lo que estamos viendo es el camino al cielo, muy sencillo, el templo es la representación del cielo. V 24 “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;”. El templo se convierte como en la embajada del cielo; una EMBAJADA es una representación de un país en otro país; lo importante de esto es que en la casa que se considera embajada, se aplican las leyes del país de procedencia. Y la función del embajador es promover todo lo que tenga que ver con su país. Nosotros somos ciudadanos del cielo, por lo tanto somos embajadores aquí en la tierra, y nuestra misión es promover nuestro reino. 2 Corintios 5: 20 El templo estaba dividido en lugar santo y lugar santísimo: en el lugar santísimo estaba el arca, es decir la presencia de Dios. El problema estaba en que el arca es decir la presencia de Dios estaba separada por un velo. V 2-3 “Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. El camino estaba oculto, obstruido. V 8 “dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie” es como lo que sucede en algunas carreteras del país, cuando hay muchas lluvias por lo general, los caminos se tapan por los derrumbos que se ocasionan. Inicialmente el hombre sabía muy bien cuál era su amino, tenía una muy buena relación con Dios, pero a raíz del pecado, el camino se obstruyo, el hombre perdió su rumbo y ahora está perdido. ¿Pero sabes cuál es la buena noticia? Jesucristo a través de su sangre preciosa es el que abre ese camino. V 11 “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, ”. El nos perfecciona 10: 14 “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” Para Jesucristo somos perfectos porque él nos perdono, y lo hizo para siempre. 10: 17 “añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones” A través de Jesucristo ahora podemos entrar confiadamente al cielo, es decir podemos disfrutar de la presencia de Dios a través de la oración, y después en la resurrección podemos entrar verdaderamente al cielo. V 19-20 “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, Jesucristo es el camino. Juan 14: 6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Jesucristo fue y sigue siendo importante porque tenía algo que ofrecer, el mismo se dio como sacrificio. Esto también lo convierte en el único camino para llegar al padre. Nosotros podemos llegar a ser el camino para muchas personas que ya perdieron su rumbo. La pregunta del millón. ¿Para donde crees tú que estas llevando a tu familia? a tus hijos, tu esposa(o), la misma comunidad en la que vives. Jesucristo es el camino que nos lleva a la salvación, a la vida eterna, nos conduce al cielo. Tú y yo somos un camino, de nosotros depende hacia donde conduzcamos a las personas que transitan sobre nosotros, podemos llevarlos al cielo, pero también los podemos llevarlos al infierno, no solo el cielo real, aquí en la tierra tu y yo podemos hacer de nuestra vida y la de los demás, un cielo o un infierno. Si nos dejamos guiar por el espíritu santo, seremos senderos de vida, y de paz, recuerda que como hijos de Dios somos parte de la solución y no del problema. |
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