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AYUDA DIVINA |
DICIEMBRE- 13-2009. 1 REYES 20 |
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Definitivamente el amor de Dios por su pueblo no tiene fronteras, Acab era un rey que influenciado por su esposa, se porto muy mal delante de Dios, hacia todo lo que le desagradaba a Jehová, por su culpa la tierra tuvo tres años de sequia, pero llego un día en que el Rey de siria, con treinta y dos reyes mas lo amenazaron con destruirlo, y aun que él no lo merecía Dios. |
Dios quiso ayudarlo, igualmente nosotros éramos personas que estábamos alejados de Dios, unos por razones más perversas que otros, pero a Dios no le importo y nos perdono, nos dio una nueva oportunidad, no importa que hayas hecho en el pasado si te arrepientes de corazón el te perdona.
Dios lo ayudo para mostrar su poder, y por amor a su pueblo. Muchas veces cuando un padre perdona el mal comportamiento de uno de sus hijos, es catalogado como injusto por el resto de ellos, lo mismo pasa con Dios, muchas veces consideramos que Dios es injusto cuando él le da la oportunidad a alguien de que se acerque a el, y no nos acordamos que nosotros también en algún momento fuimos beneficiados de su misericordia. V 13 “Y he aquí un profeta vino a Acab rey de Israel, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿Has visto esta gran multitud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que yo soy Jehová”.
Dios había ayudado a Acab, pero era necesario que el de el primer paso, para eso Dios lo había preparado, nosotros queremos que Dios nos ayude para que tengamos muy buena relación con los demás y muchas veces le pedimos que cambie nuestro corazón, y él lo hace, pero una vez que nuestro corazón está listo para perdonar, debemos nosotros tomar la decisión de dar el primer paso, cuando uno da el primer paso queda a delante con relación a los demás, y si vamos adelante significa que debemos ser ejemplo, nosotros no debemos esperar que los demás cambien solo con nuestra cantaleta, ellos van a cambiar, pero lo harán si nosotros le mostramos como hacerlo. V 14 “Y respondió Acab: ¿Por mano de quién? El dijo: Así ha dicho Jehová: Por mano de los siervos de los príncipes de las provincias. Y dijo Acab: ¿Quién comenzará la batalla? Y él respondió: Tú”, si nosotros cambiamos cambiara nuestra familia, cambiara la cuadra donde nosotros vivimos, el barrio, y así sucesivamente, recuerda si queremos que los demás cambien primero debemos cambiar nosotros.
Por su misericordia nosotros podemos tener su ayuda. V 19-20 “Salieron, pues, de la ciudad los siervos de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el ejército.
20:20 Y mató cada uno al que venía contra él; y huyeron los sirios, siguiéndoles los de Israel. Y el rey de Siria, Ben-adad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería”
Dios siempre está dispuesto ayudarnos, el problema está en que cuando recibimos el favor de Dios por lo general nos relajamos y nos olvidamos que cada día tiene su propio afán, y que todos los días necesitamos de la bendición de Dios. V 22 “Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti” Dios nos hace pasar por momentos muy buenos, para que nos preparemos para los momentos difíciles, la bendición de José, no consistía en que él nunca vería las vacas flacas, la bendición consistía en que el sabría aprovechar muy bien los momentos de abundancia para poder soportar los momentos de escases.
El problema de muchos que no conocen a Jehová y aun de muchos que lo conocen es que le ponen límites a su poder, para Dios no hay nada imposible, lo que es imposible para el hombre es posible para Dios, lo único que debemos hacer es creer. V 23 “Y los siervos del rey de Siria le dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido; mas si peleáremos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos”
La ventaja de Acab, fue que los Sirios demeritaron el poder de Dios, y por eso la pelea ya no era con Acab, ahora era con Jehová de los ejércitos, cuando la gente incrédula o dura de corazón se burla de nosotros, y dicen que nuestro Dios no está con nosotros, no se meten en nuestra contra, lo están haciendo en contra de Jehová de los ejércitos. V 28 “Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová”
Muchas veces perdemos la bendición de Dios, porque queremos ser más buenos que Dios, más misericordiosos que Dios, Dios así como ayuda también castiga, y Acab se metió en el trato contra Siria, y en un acto de bondad le perdono la vida al rey Ben-adad. V 31-32 “Entonces sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído de los reyes de la casa de Israel, que son reyes clementes; pongamos, pues, ahora cilicio en nuestros lomos, y sogas en nuestros cuellos, y salgamos al rey de Israel, a ver si por ventura te salva la vida.
20:32 Ciñeron, pues, sus lomos con cilicio, y sogas a sus cuellos, y vinieron al rey de Israel y le dijeron: Tu siervo Ben-adad dice: Te ruego que viva mi alma. Y él respondió: Si él vive aún, mi hermano es”
Y Dios empieza su trato con Acab por su desobediencia, y con la sabiduría que Dios tiene, hace que Acab mismo pronuncie su sentencia. V 38-40 “Y el profeta se fue, y se puso delante del rey en el camino, y se disfrazó, poniéndose una venda sobre los ojos.
20:39 Y cuando el rey pasaba, él dio voces al rey, y dijo: Tu siervo salió en medio de la batalla; y he aquí que se me acercó un soldado y me trajo un hombre, diciéndome: Guarda a este hombre, y si llegare a huir, tu vida será por la suya, o pagarás un talento de plata.
20:40 Y mientras tu siervo estaba ocupado en una y en otra cosa, el hombre desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado”
Después que Acab recibe la ayuda de Dios por no ser obediente, recibe la sentencia de parte de Dios. V 41-42 “Pero él se quitó de pronto la venda de sobre sus ojos, y el rey de Israel conoció que era de los profetas.
20:42 Y él le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo”
Conclusión: Dios muchas veces nos ha hecho milagros sin que nosotros lo merezcamos, solo porque ha querido glorificarse en nosotros para que otros conozcan de su poder, el problema es que no hemos aprovechado los momentos de Bendición.
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